Entonces allí está, haciendo zapping en su tevé. Todos los programas que le ofrece el único servicio de su ciudad lo aburren demasiado. Corre la silla hacia atrás, gira hacia su izquierda y camina en dirección a la ventana. Observa algunos segundos y parece estar convencido de algo; da media vuelta, en los próximos pasos arroja el control sobre la mesa y se desenvuelve a paso erguido.
         -¿Dónde estará? Siempre que busco algo importante no lo encuentro –revisó la mesita de luz. En el piso no solo están los calzados que normalmente tiene tirado sino también, sin ningún temor, con mucha prisa, los objetos del cajón desparramados. Entre tantas opciones para distinguir a simple vista sobre el dormitorio, ya que hay sectores del mismo ocupado por sus cosas, lo encuentra. Sale corriendo muy apurado nuevamente hacia la ventana principal.
         La intención de fastidiar se desmoronó en unos simples minutos, el puntero laser invade todo el living pero, la novela ha terminado y su vecino de enfrente ya no se encuentra en tal habitación.