Hace más de dos semanas que el programa de tevé de la ciudad está obsequiando lo que el azar disponga a simple llamado. Cualquiera puede ser el ganador con solo marcar seis dígitos en un teléfono de línea o por celular sí corresponde a la misma área de cobertura; en su defecto digitará alguno más dependiendo del código de dicha área. Semejante oferta no elude el afán de querer ser el escalador del podio de regalos. De esta manera, se genera un cuello de botella; todos desesperan por una fiel comunicación.
         Tu, tu, tu –puede ser que nadie me atiende. Hubo algunos ganadores, no sea cosa que justo ahora que estoy intentando se haya terminado la promoción-. Se pone de pie al dejar el teléfono inalámbrico sobre la base. Realiza tres pasos, se arrepiente y regresa por el mismo. Después de escuchar un “uuuuu” prolongado, observa el visor mientras marca el número, presiona el botón verde y nuevamente: ocupado. Fue en ese momento que recordó que con el mismísimo “redial” se ahorraría pasos, aunque al escuchar la tevé, nombraron como ganador a su vecino de enfrente quitando sus ilusiones.